Resumen

Los sistemas agrícolas convencionales aumentan la producción de alimentos por área, pero agotan los recursos naturales y degradan los cultivos y la calidad ambiental. Muchas de estas preocupaciones se abordan mediante sistemas agrícolas sostenibles, manejo integrado de plagas, biocontrol y otros sistemas alternativos. Las preocupaciones ambientales y sociales han aumentado la necesidad de sistemas agrícolas alternativos en la última década. Una alternativa, el sistema de agricultura orgánica, sustituye los insumos culturales y biológicos por fertilizantes y productos químicos sintéticos para la nutrición de cultivos y el manejo de plagas. Las prácticas utilizadas para el manejo de cultivos y plagas son similares durante la transición de los sistemas agrícolas convencionales a los orgánicos, pero los productos no están certificados como orgánicos durante el período de transición. Durante la transición de la agricultura convencional a la orgánica, los productores pueden enfrentar dificultades en el control de plagas y menores rendimientos cuando se abandonan las prácticas convencionales. Los objetivos de este documento son 1) brindar una descripción general de las razones para la conversión a la agricultura orgánica y los desafíos que enfrentan los productores durante el período de transición, 2) esbozar algunas estrategias potenciales para el manejo de cultivos, suelos y plagas, y 3) enumerar directrices y recomendaciones para el manejo de plagas durante la transición a la agricultura orgánica. La implementación de prácticas de manejo de cultivos y plagas depende de la ubicación geográfica, el clima, los recursos disponibles en el sitio y la historia de la tierra. Durante la transición, los productores dependen de los mecanismos culturales y de las fuentes orgánicas y minerales para mejorar la fertilidad del suelo, para construir una población de enemigos naturales para suprimir las poblaciones de plagas. Las prácticas de manejo de plagas durante el período de transición que reducen las poblaciones de plagas a niveles económicamente manejables incluyen rotación de cultivos, cultivos, cultivos de cobertura, mantillos, diversificación de cultivos, variedades resistentes y trampas para insectos. Estas prácticas también enriquecen la biota del suelo y aumentan el rendimiento de los cultivos antes de que los productos se certifiquen como cultivados orgánicamente.

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