Escrito por Paul Reed Hepperly1*, David Douds Jr.2y Rita Seidel1
Resumen
El alto costo de los agricultores en la transición a la agricultura orgánica, la baja disponibilidad de nitrógeno y la alta competencia de malezas asociada con los sistemas de producción orgánica se consideran los principales obstáculos de la competencia orgánica con la agricultura convencional. los Rodale Institute, en colaboración con el Servicio de Investigación Agrícola del USDA, diseñó una prueba de campo bien replicada y aleatoria para responder a estas brechas de desempeño. Este juicio, conocido como el Rodale Institute Farming Systems Trial (FST), es la comparación más antigua de los sistemas de cultivo de maíz y soja orgánicos y convencionales en el mundo y actualmente se encuentra en su temporada número 25. A lo largo de los años, este experimento ha demostrado: 1) aumento de los niveles de carbono y nitrógeno del suelo en las parcelas orgánicas frente a las de cultivo convencional, 2) los rendimientos de los cultivos son similares para orgánicos frente a convencionales en años de precipitación promedio, y mayores en orgánicos en años de sequía debido a mayor disponibilidad de humedad, 3) los insumos de energía fósil para la producción de cultivos orgánicos fueron más de un 30% más bajos que para el maíz y la soja producidos convencionalmente, 4) los insumos de mano de obra promediaron aproximadamente un 15% más en los sistemas de agricultura orgánica que en los convencionales, 5) el rendimiento económico neto por La hectárea para cultivos orgánicos es a menudo igual o más alta que los cultivos producidos convencionalmente porque los alimentos orgánicos con frecuencia traen precios más altos en el mercado. Además del rendimiento y los beneficios económicos, los beneficios ambientales de la agricultura orgánica incluyen potencialmente un mayor secuestro de carbono en el suelo, además de una menor lixiviación de nutrientes al agua subterránea que en la agricultura convencional.